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Mostrando las entradas de marzo, 2011

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Cuando la sirena suena!

Van cerrando la puerta, el telón se cayó Y la obra del hombre al fin te sacudió. Es un trago dificil que vas a tomar La locura prosigue a pesar del vendabal.   Puede la estampida atropellar pueblos que algún día gritarán Sueña, vuela con alas de libertad Hasta ser libre.  (Hasta ser libre, O´Connor) No la gané en un concurso de televisión y mucho menos por regalarle un anillo de poder. Tampoco fue por el suéter, el jean o las llantas. Fue por la mirada descansada y la parla congelada. Ahora se da vuelta en la cama y es la persona más triste de la comarca. Por la mañana se parará al borde de la pileta y abrazará los libros viejos, los besará con sus labios de amor frío. Porque, yo soy como el Guanaco, corro 50 km/h para sobrevivir .

El Peugeot más caro

–Hola. –Hola, buen día te llamaba por el aviso del 504 que salió en “La voz del Interior”. –Ah, sí. Te comento que es un león la maquina, modelo 1977. –¡Aja!. Y ¿cómo está de chapa y motor? –Mira, te soy sincero. Está joya nunca taxi, remis, ni chupadero de gente. Tiene un motor de 1800 cc; con faros trapezoidales y salida de aire. Color blanco. La verdad, es el más lujoso de la gama, aceleras de 0 a 100 en 12 segundos. Además, los neumáticos son de 14 pulgadas, bien deportiva. –¡Aja!. Bueno, en cuanto al precio ¿Cuánto podemos arreglar? –El precio es negociable. Vos sabes que ya no paga patente. Lo que tenes que hacer es, el ITV y la verificación del automotor en la policía. –¡Aja!. Eso es allá en Don Bosco por la Duarte Quirós. –Sí. Mira para no comerte un bajó por las colas que seguro va haber. Anda tipo 3 de la mañana y ponete en la fila por la callecita de tierra, con el baúl del fierro este, podes cargar un cajón de birra, 100 gramos de salame y queso, un mazo de cartas, reposer

Segundos afuera!

Teresa Calmo la ansiedad con cigarrillos y discuto con un tono cada vez más bullicioso. No sé si soy víctima o victimario, ya que tengo el ojo compota y la cara enrojecida. Le digo “Teresa, no sé muy bien qué decir o hacer. Pero lo que sí sé, es que te he dado todo lo que tengo adentro” . Ella me mira mostrándome los nudillos morados y me dice: “ya no creo en nada de vos”   y entra al auto como piña. Pego la mirada al vidrio avergonzado y ella arranca la camioneta. Avanza unos metros y tira la marcha atrás levantándome como sorete en pala. Mi cuerpo se eleva al punto máximo de la física y desciende nocaut como si hubiera recibido un cross a la mandíbula. Hago contacto con el asfalto y escucho que Teresa con la ventanilla baja me dice: “yo también te he dado todo, mi corazón y mis puños” y siento el chirrido de las cubiertas Michelini (225/75/16) que atraviesa mi pecho dejándome una huella rodado 16.