Córdoba tendría que ser un pueblo errante, no sólo en tiempo de preocupación por el futuro de la riqueza natural e intelectual, si no también cuando se recogen los espejos hasta el amanecer. En intersecciones céntricas, la Dirección de Control en vía pública incautó un camión “jaula” que circuló en contramano, trasportando sustancias alimenticias de baja calida. Contenían entre 30 y 40 tiras menos de caramelos media hora, bien ácidos. Por tal motivo, el Tribunal de Faltas emitió la orden de devolver, destruir, donar o decomisar, ya que son impasables, ni siquiera con una agua saborizada de estirpe manzana. En otro orden, los 40º hectopascale que azota a la ciudad, los descompuso aún más por tratarse de alimentos no perecederos. Y esa sensación térmica también me descompone el cerebro!.
Vehículo cargado con desinformación!