Esos benditos emilios! en cadena que te mandan, son deprimente pero por haber sido el día de ellas, está todo bien.
"El marido, en su lecho de muerte, llama a su mujer. Con voz ronca y ya débil, le dice:
- Muy bien, llegó mi hora, pero antes quiero hacerte una confesión.
- No, no, tranquilo, tú no debes hacer ningún esfuerzo.
-Pero, mujer, es preciso - insiste el marido - Es preciso morir en paz. Te quiero confesar algo.
- Está bien, está bien. ¡Habla!
- He tenido relaciones con tu hermana, tu mamá y tu mejor amiga.
- Lo sé, lo sé ¡¡¡Por eso te envenené, hijo de puta!!!"
Sin duda algunas mujeres son mansa pero no mensa!.
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